El Pequeño Tesoro de Kuma: Lágrimas en Alta Mar

¡Aviso, el artículo puede contener spoilers!

Hay golpes que no vienen de un puño, sino de un recuerdo. Y el episodio 1129 de One Piece es uno de esos. Lo han titulado con esa dulzura melancólica que solo precede a una herida emocional: “Episodio Kuma: El Pequeño Tesoro Dejado Atrás”. Pero lo que realmente deja atrás es la coraza de un personaje que creíamos impenetrable. Kuma, el cyborg silencioso que parecía más máquina que hombre, se revela, de pronto, más humano que muchos vivos.

Porque en el universo de One Piece, esa ópera marítima donde la risa siempre está a un naufragio de distancia, lo inesperado no es la locura de los poderes, sino la ternura escondida en los márgenes. Y este episodio hace justamente eso: convierte a un enigmático revolucionario en un niño frágil con un destino cruel, como si el autor nos dijera: “¿Pensabas que lo conocías? Te falta mar por navegar”.

La voz del joven Kuma —y cuando digo joven, me refiero a una criatura que apenas balbucea— la pone Okamoto Nobuhiko, un seiyuu tan versátil que ha pasado de demonios adolescentes a bebés con pasado trágico. Él mismo confesó en redes que fue la primera vez que interpretó a un bebé. Ironía no menor, considerando que en One Piece, hasta los recién nacidos parecen cargar con traumas multigeneracionales.

Ahora bien, pongamos esto en perspectiva. Estamos hablando de una serie que comenzó en 1997 —sí, mientras tú aprendías a usar el disquete de 3½— y que, casi tres décadas después, sigue vendiendo más que el pan caliente: 510 millones de copias del manga en todo el planeta. Y no olvidemos la película One Piece Film Red, que no solo llenó salas, sino también bolsillos: más de 20.34 mil millones de yenes recaudados. A estas alturas, One Piece no es un anime; es una institución. Una que, de tanto en tanto, se permite recordarnos que los piratas también lloran.

¿Dónde ver este episodio?

Para quienes navegan desde Latinoamérica, las corrientes son favorables:

  • Crunchyroll, el astillero de los impacientes, ofrece simulcast (es decir, episodios casi al mismo tiempo que en Japón) con subtítulos y doblaje al español latino. Ideal para los que no soportan el spoiler ni un segundo más.

  • Netflix, en cambio, es como ese bar en el puerto donde puedes ponerte al día con historias pasadas. No tiene los episodios más recientes, pero sí una buena cantidad de sagas, listas para maratonear con mate en mano.

Así que ya sabes: si quieres ver a Kuma no como arma del Gobierno Mundial, sino como niño roto por un mundo que lo empujó a perderse, el episodio 1129 no es solo recomendable. Es inevitable.

Como suele pasar con One Piece, uno empieza buscando aventuras… y termina encontrando pedazos de humanidad.

Fuente: Oricon

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