Con su decisión, las tres leyes en cuestión entraron automáticamente en vigor, según recoge el medio especializado en política The Hill.
Las normas prohíben a los profesionales sanitarios recetar terapias hormonales o realizar operaciones de transición de género a menores de edad, impiden que los estudiantes trans participen en deportes que no se correspondan con su sexo biológico y limitan la discusión en clases de infantil y primaria de la identidad sexual.
El gobernador del estado, el demócrata Roy Cooper, vetó las tres medidas el mes pasado, pero los republicanos tienen una mayoría cualificada en las dos cámaras estatales, lo que les permitió anular los vetos.
Con la prohibición de los tratamientos de transición de género para menores, Carolina del Norte se convierte en el vigesimosegundo estado del país en aprobar este tipo de restricciones.
Las normas contra el tratamiento de menores trans se han vuelto populares en el último año en los estados gobernados por republicanos, como Texas, Georgia o Alabama.
Los conservadores argumentan que este tipo de leyes tienen como objetivo impedir que los jóvenes tomen decisiones irreversibles de las que luego puedan arrepentirse.
Muchos legisladores demócratas, por su parte, alertan del riesgo de estigmatizar a una comunidad que ya suele sufrir grandes niveles de discriminación y abuso.
Además, organizaciones defensoras de los derechos civiles temen que la situación pueda llevar a más jóvenes trans al suicidio, ya que son de los colectivos más vulnerables.
Algunas de estas organizaciones, como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), han presentado demandas contra este tipo de normas, lo que de momento ha permitido tumbar la ley contra los tratamientos de transición de género para menores de Arkansas, la primera que se aprobó en el país.
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