El cine de otoño en Japón ya tiene su momento mítico: una sola foto, dos figuras vestidas de negro y un título que parece susurrado, JANE DOE. La colaboración de Yonezu Kenshi y Hikaru Utada como ending de la película Chainsaw Man: Reze-hen no solo es noticia: es una escena que el fandom adoptó como promesa de comunión. Hay estrenos que se anuncian; este se siente.
Qué pasó
Anuncio clave: El ending de la película Chainsaw Man: Reze-hen (estreno 19 de septiembre de 2025) será JANE DOE, compuesta y escrita por Yonezu Kenshi, con Hikaru Utada como voz invitada.
Doble jugada musical: Yonezu también firma el tema principal de la cinta, IRIS OUT, ya presente en el tráiler principal.
Señal encendida: Un teaser con el intro de JANE DOE y un 2‑shot de ambos artistas en negro absoluto activó el torbellino de reacciones: “Dioses”, “piel de gallina”, “era imposible… hasta que pasó”.
Por qué este dueto importa
Cruce de generaciones: Yonezu, arquitecto de melodías que mezclan melancolía y vanguardia pop, y Utada, voz que atravesó décadas redefiniendo la intimidad en la música japonesa, traen dos sensibilidades que rara vez comparten el mismo marco.
Lenguaje común: Ambos son cantautores que piensan la canción como mundo. En un universo como Chainsaw Man—hecho de pérdidas, contratos y pulsos vitales—sus estéticas se vuelven espejo: vulnerabilidad precisa, emoción sin exceso.
Función narrativa: Un ending no cierra: decanta. Tras la violencia lírica del arco de Reze, una voz de Utada sobre arquitectura de Yonezu promete ese “aire que atraviesa” que limpia y, a la vez, duele.
Voces de los protagonistas
Yonezu Kenshi: “Empecé la canción sin imaginar quién la cantaría, pero a mitad de camino sentí que solo podía ser Utada. Cuando su voz—melancólica y a la vez como viento—se montó en la pista, contuve el aliento. Es un honor.”
Hikaru Utada: “Acepté sin saber en qué terminaría. Entre dos cantautores que se reconocen y se contradicen, avanzamos a tientas hasta revelar facetas nuevas en ambos. Ojalá se sienta.”
No es cortesía promocional; suena a bitácora creativa: elegir la voz correcta fue también elegir el punto de vista emocional de la película.
Fandom y ritual compartido
Foto‑mantra: El 2‑shot en negro no viste: consagra. Internet lo leyó como epifanía pop y, al mismo tiempo, como guiño de agentes “que cumplen la misión”: precisión profesional con aura mítica.
Cuerpo y piel: “Dioses”, “imposible”, “se me eriza todo”: el lenguaje de la piel irrumpió antes que el análisis. La música aún no “salió” y ya generó ese pre‑recuerdo que el fandom guarda para cuando el tema suene en sala.
Lectura latinoamericana: En nuestra región, donde Chainsaw Man encontró tribuna emocional, un ending así no se aplaude: se comparte como talismán. Memes, edits, karaokes caseros, subtítulos comunitarios: el rito ya empezó.