Entre espadas y recuerdos: así se Shinazugawa en el arte de Ami Shibata de niños

A veces, basta un trazo para derribar el muro entre héroes y simples mortales.
Esta semana, Ami Shibata, la autora que muchos recordarán por Papuwa-kun, publicó en su cuenta oficial de X (antes Twitter) una ilustración que retrata algo que pocas veces vemos: la infancia de los hermanos Shinazugawa, Genya y Sanemi, dos de los personajes más duros —y, paradójicamente, más rotos— de Kimetsu no Yaiba.

El dibujo muestra a ambos de pequeños, aún con la ropa del Cuerpo de Exterminio de Demonios, como si el destino que les tocó vivir los hubiera marcado incluso antes de tiempo.
Y la reacción del fandom no se hizo esperar: mensajes como “¡Shibata-sensei dibujando a los Shinazugawa! ¡Qué maravilla!”, “Es tan tierno que duele” o “El estilo de Shibata y esos ojos rasgados combinan perfecto” inundaron la publicación.
Porque a veces, ver sonreír a quien sabes que sufrirá, emociona más que cualquier batalla.




Un fenómeno que sigue creciendo

Kimetsu no Yaiba, recordemos, nació como manga en 2016 de la mano de Koyoharu Gotouge y cerró su historia en 2020, acumulando más de 150 millones de copias vendidas.

Ambientada en un Japón antiguo donde la noche guarda más monstruos que las leyendas, Kimetsu no Yaiba cuenta la historia de Tanjiro Kamado, un joven marcado por la tragedia que decide alzarse contra el destino: entrar al Cuerpo de Exterminio de Demonios para intentar salvar a su hermana Nezuko, convertida en lo que más teme… un demonio.

Desde aquel primer capítulo hasta hoy, la saga dejó de ser solo un manga: se convirtió en un latido cultural que sigue encontrando nuevas formas de emocionar, sorprender y conmover.


Más allá de las espadas: miradas, heridas y recuerdos

Lo que hace especial a Kimetsu no es solo el brillo de las katanas o las coreografías impecables de Ufotable. Es esa tensión entre brutalidad y ternura, entre lo que los personajes fueron —niños que reían— y lo que deben ser ahora: guerreros que matan o mueren.

Por eso la ilustración de Ami Shibata conmovió tanto: no muestra la furia de Sanemi ni el sacrificio de Genya, sino su rastro de humanidad, esa que existía antes de que el odio, el deber y la sangre mancharan todo.


El futuro cercano de Kimetsu no Yaiba

Mientras tanto, el universo sigue expandiéndose:

  • Ufotable ha publicado 10 nuevas ilustraciones oficiales como parte del especial del Arco de la Aldea de los Herreros.

  • Entre ellas, destaca la sorprendente Mitsuri Kanroji con el cabello negro, un contraste que impacta tanto como enternece.

  • Y los fans ya marcan en el calendario la llegada del Castillo Infinito, donde Tanjiro, Nezuko y los Pilares se enfrentarán, por fin, a Muzan Kibutsuji en un combate que decidirá el destino de todos.


Porque Kimetsu no Yaiba nunca fue solo una historia sobre matar demonios.
Fue, y sigue siendo, un relato sobre lo que perdemos en el camino… y las heridas que nos recuerdan que, alguna vez, también fuimos niños.

Fuente: Oricon 1 2

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