Confieso que estoy emocionado por Sonic the Hedgehog 4. Lo estoy desde que las luces se apagaron al final de la tercera película y Metal Sonic se arrodilló, brillante y desafiante, en esa escena postcréditos que nos dejó temblando de anticipación. Pero también hay algo que me inquieta: la aparente ausencia de Jim Carrey. Porque, seamos sinceros, Carrey no solo ha sido el alma cómica del universo Sonic en pantalla, sino también su villano más icónico: el excéntrico, megalómano y deliciosamente desquiciado Ivo Robotnik.
Y aquí está el problema. Robotnik murió (¿murió?) al final de Sonic the Hedgehog 3, sacrificándose para detener el colapso que él mismo ayudó a desatar. Una despedida intensa, sí, pero también un vacío enorme. Porque, aunque la franquicia parece estar abriendo espacio para nuevas figuras —Amy Rose, Metal Sonic, y un equipo cada vez más sólido—, perder a Carrey podría cambiar por completo el tono al que los fans se han acostumbrado.
¿Qué hacer sin Robotnik? Fácil: traer a otro Robotnik.
Y la propia saga ya nos dio la solución. No, no hablamos de resucitar a Ivo milagrosamente, lo cual diluiría el impacto emocional de su sacrificio en la tercera película. Hablamos de algo más elegante. Algo más... multigeneracional.
Sí, me refiero a Eggman Nega.
Carrey ya interpretó al abuelo de Ivo, Gerald Robotnik, en Sonic 3, y esto fue una pista directa de que puede volver a ponerse el bigote, pero esta vez como un nuevo villano: un descendiente lejano, aún más peligroso y despiadado. Eggman Nega, tal como aparece en los videojuegos, es un científico del futuro que desprecia incluso a su propio ancestro. Si Ivo tenía delirios de grandeza, Nega tiene sed de caos absoluto. Donde uno quería gobernar, el otro quiere destruir.
La escena postcréditos lo sugiere todo
El Metal Sonic que aparece en Sonic 3 no llega de la Tierra… llega del tiempo. Su llegada envuelta en un haz de luz no es casualidad: es una referencia directa al Terminator de Schwarzenegger. La postura, la entrada dramática, todo grita "viaje temporal". Y si Metal Sonic viene del futuro, ¿quién más sino Eggman Nega habría sido capaz de enviarlo?
Este detalle no es menor: plantea un nuevo eje argumental para Sonic 4, uno que puede escalar el conflicto sin traicionar la conclusión emocional del capítulo anterior. Nega no solo podría ser el creador de Metal Sonic, sino también el nuevo titiritero oculto, un villano en las sombras mientras su letal creación ejecuta su voluntad.
¿Y Carrey? Que no se nos vaya
Jim Carrey ha demostrado estar profundamente comprometido con la franquicia. Su interpretación múltiple en Sonic 3 lo confirmó: no se limita a Ivo. Puede ser Gerald, puede ser Nega. Puede, literalmente, ser cualquier Robotnik que el guion demande. No necesita una gran cantidad de tiempo en pantalla; su presencia puede ser estratégica, poderosa… y suficiente para mantener viva la chispa del caos.
Además, los números no mienten:
| Película | Taquilla mundial | Crítica (RT) |
|---|---|---|
| Sonic the Hedgehog (2020) | $302 millones | 64% |
| Sonic the Hedgehog 2 (2022) | $403 millones | 69% |
| Sonic the Hedgehog 3 (2024) | $489 millones | 85% |
Con semejante crecimiento, sería una pena no aprovechar el impulso para traer a un nuevo antagonista que eleve aún más la apuesta.
Conclusión: el futuro llegó… con bigote
Sonic 4 tiene una oportunidad de oro: renovar sin romper, evolucionar sin traicionar. Y la inclusión de Eggman Nega no solo resuelve el problema de la “herencia Robotnik” tras la muerte de Ivo, sino que ofrece un nuevo camino para explorar las raíces —y ramificaciones— del mal en este universo.
Sonic ya ha corrido contra el tiempo. Ahora, le toca enfrentarse al tiempo mismo.