Sanemi desata su furia: nuevo visual del Pilar del Viento en el “Arco del Castillo Infinito” de Kimetsu no Yaiba
La cuenta regresiva ha comenzado. A menos de dos meses del estreno de Kimetsu no Yaiba: Castillo Infinito, la producción decidió lanzar una pequeña chispa al aire… y el fuego no tardó en expandirse. Este 18 de julio, el primero de los tres actos cinematográficos que adaptan la recta final del manga llegará a las salas de Japón. Y como buen prólogo a la guerra total, ya se nos ha regalado una imagen capaz de helar la sangre y encender el corazón.
El nuevo visual protagonizado por Sanemi Shinazugawa, el indomable Pilar del Viento, muestra al cazador en pleno estado de furia. Su rostro —deformado por el enojo, la pérdida, el rencor— no necesita palabras. Quien haya leído el manga, sabrá qué tormenta se avecina. Quien no, está a punto de ser arrastrado por ella.
Las redes estallaron al instante. “¡Papá Sanemi está de regreso!”, “Qué manera de transmitir rabia”, “Estoy temblando”… fueron solo algunos de los gritos virtuales de los fanáticos. La imagen, compartida en la cuenta oficial del anime con el mensaje “Faltan 48 días”, confirma que Demon Slayer está a punto de iniciar su asalto más brutal.
La historia que empezó en 2016 como un manga de Koyoharu Gotouge y conquistó el mundo con más de 150 millones de copias vendidas, se aproxima ahora a su batalla más visceral. Kimetsu no Yaiba no ha dejado de escalar —desde la epopeya en el Tren Infinito, pasando por la sensualidad letal del Distrito del Placer, hasta el dramatismo forjado en hierro del Arco de la Aldea de los Herreros— y cada capítulo ha sido un umbral hacia algo más oscuro y más bello.
Ahora, con la guerra entre cazadores y demonios en su punto de ebullición, el Castillo Infinito se erige como el escenario final. La animación de ufotable, ya legendaria, promete un espectáculo digno de cerrar con honor esta saga de muerte, amor y redención. Una trilogía que será, sin duda, tan devastadora como inolvidable.
Sanemi, con su rabia tatuada en el alma, es apenas el primer aviso.